¿IGNORAMOS UNA PARTE DE NUESTRO CEREBRO?

¿Te comprarías una funda reversible para ponerla siempre por el mismo sitio? ¿utilizas un cuchillo para cortar pero untas la mermelada con el dedo? O si cuentas con una navaja suiza, ¿te beneficias del saca-corcho pero abres los botellines a golpes?
Parece lógico que si algo que tenemos posee varias utilidades, no solo nos conformaríamos con una de ellas sino que las aprovecharíamos todas en nuestro beneficio para hacernos la vida más fácil. Pues bien, esto que parece una obviedad no resulta tan visible cuando se trata de nuestro cerebro. Y es que así como podemos emplear el mismo objeto para diferentes objetivos, contamos con dos hemisferios cerebrales a nuestra disposición, y sin embargo la sociedad atiende fundamentalmente al izquierdo. Esta parte “proposicional”, tal y como la definió el neurólogo Hughlings Jackson, se encarga del habla, el cálculo, la lectura, la escritura y otras tareas relacionadas en las que se centran los programas de educación elemental.
Por ejemplo, los test de inteligencia están fundamentalmente dirigidos a evaluar el hemisferio izquierdo, justificando que predicen más el éxito en una sociedad. Pero tales medidas son muy limitadas y no dan cuenta de la creatividad artística ni de otras aptitudes del hemisferio derecho, difícilmente cuantificables, como los patrones de comprensión y relaciones complejas, acuñadas con el término aposicional por Bogen.
La idea de que la mitad de nuestra capacidad mental está desatendida, ha ido apareciendo con mayor frecuencia en las revistas e investigaciones que desde hace relativamente poco tiempo enfatizan la necesidad de desarrollar y entrenar nuestro hemisferio derecho.
Psicólogos Cáceres. Terapia online y presencial. Aurora Gardeta.